
Koldo
Damaso Leturia Goenaga
Damaso Leturia Goenaga (1933)
.- Las cintas de este orador están sin examinar todavía. No se puede consultar.
Elkarrizketatzailea(k): Iker Ajuriagerra - Olatz Erdozia
Lekittarra-Elecnor-BM - Plantilla 2018
Plantilla 2018
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Ekhi Aboitiz Lekue (Lekeitio) |
Kepa Aguinaga Garay (Gorliz) |
Markel Akarregi Bengoetxea (Lekeitio) |
Osertz Alday Eizaguirre (Hondarribia) |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Kepa Arantzamendi Badiola (Lekeitio) |
Iñaki Badiola Bernaola (Lekeitio) |
Josu Badiola Erkiaga (Lekeitio) |
Patxi Bilbao Larrea (Amoroto) |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Ander De Gregorio Escribano (Getxo) |
Ibon Eiguren Alonso (Lekeitio) |
Aketza Cordovilla Espinar (Santurtzi) |
Iñaki Goikoetxea Santamaria (Lekeitio) |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Julen Goitia Orta (Lekeitio) |
Jon Goitiz Goikoetxea (Lekeitio) |
Jurgi Gorostiza Laka (Mendexa) |
Xabier Gutierrez Akarregi (Lekeitio) |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Koldobika Leniz Gogenola (Gizaburuaga) |
Aitor Echebarria Arego (Gernika-Lumo) |
Nikolas Vicuña Arrillaga (Lekeitio) |
Mikel Zubiaurre Quesada (Gernika-Lumo) |
![]() Osertz Alday Eizaguirre (Hondarribia) - (Entrenador) |
![]() |
Clasificación Lekittarra-Elecnor-BM Liga ARC 2018
Lekeitio 08
http://lekitxo.info/index.php/es/deportes/futbol/federacion-vasca-de-futbol/normas-reanudacion-20-21/itemlist/user/42-koldo?start=70#sigProGalleriacfcfc7f001
Lekeitio 07
http://lekitxo.info/index.php/es/deportes/futbol/federacion-vasca-de-futbol/normas-reanudacion-20-21/itemlist/user/42-koldo?start=70#sigProGalleria4bdbd6851e
Lekeitio 06
http://lekitxo.info/index.php/es/deportes/futbol/federacion-vasca-de-futbol/normas-reanudacion-20-21/itemlist/user/42-koldo?start=70#sigProGalleria9cd54f5366
Videos de Isuntza-Lekittara
Videos de Isuntza - Lekittarra
Clicar aquí (arriba en la parte izquierda) para ver la lista de reproducción de los vídeos.
Cuando estaba en Aldaztorrea
Una casa de Lekeitio, provista de escudo de armas, tenía por nombre Aldaztorre, y estaba muy cerca del pueblo, en la cima de una cuesta.
A poco de haber aprendido la hermosa leyenda Alostorrea (La torre de Alos), empecé yo en mi pueblo natal a buscar alguna otra leyenda de Aldaztorre (torre de la cuesta), pues titubeaba entre creer o no que las dos eran una misma cosa.
Algo me enseñaron dos mujeres. La mayor, que se llamaba Clara Innurri (Hormiga), solo esta cosita: "Aldastorrean nengoenean irra goruetan erroi zarra etorri datan grauetan". Canción que el lector puede encontrar en el "Cancionero popular vasco"
De la nuera de Clara, llamada Guillerma Akarregui, aprendí una hermosa leyenda, provista de musica. He aqui el texto.
La nuera.-- Estando yo hilando con mi rueca en Aldaztorre, me vino el negro cuervo graznando. "Cuervo viejo, ¿que noticias traes?. "Dicen que se ha perdido la barca." "Soy, pues, perdida. ¡Oh desdichada hija! Allí tenia yo veintiun primos y hermano, más necesario que ellos, mi padre. Mas olvidadizo (sic) que ellos, el dueño."
La suegra.- ¿Que dices, puerca desvergonzada? ¿Has mencionado el último al dueño? Si hubieras nombrado al dueño desde el principio, hubieras tenido parte en Aldaztorre.
La nuera.-- Es mía el arca que esta arriba llena de dinero hasta los bordes. Tenía yo medido con celemin el oro, a fanegas la plata. Mil ducados era mi tesoro secreto. ¡Que dote para una buena hija! Aldaztorre tiene de latón las puertas, de plata sus platos y jarras. ¿Ire o me quedaré, madre mía?
La suegra.-- Vete, vete, hija amada.
La nuera.-- El niño pequeñin se agita en mi vientre (literalmente: "me da coces"), ojalá el Señor del Cielo disponga sea varón.
La suegra.--Ya sea hijo, o ya hija, tendra su parte en Aldaztorre.
Don Timido
Por aquel tiempo apareció en Lekeitio un tipo enigmático. Se le veía muy pocas veces por las calles y siempre muy abrigado con una especie de capa, y su cabeza la llevaba tan cubierta que solamente se le veían los ojos boca y nariz.
Se comentaba que era un viejo raro y otros decían que era un muchacho joven.
Comenzó a expandirse el rumor que venía de un país muy lejano y sus costumbres eran muy extrañas, y por eso se cubría la cabeza. Nadie sabía su nombre, y se le empezó a llamar don Tímido, y jamas se le vio entrar en la iglesia, y los que le vigilaban indicaban que su unico quehacer era llegar a la punta de Anzoriz, donde pasaba la tarde siempre que reinara buen tiempo. Apenas hablaba con nadie, pero en una tienda donde compraba el comestible decían que no conocía el vasco, pero sí la lengua castellana.
Había por entonces en Lekeitio, dos peluqueros que, además de este oficio, se dedicaban a la pesca y a otras labores. Pero un buen día uno de ellos desapareció del pueblo.
Nadie conocía a donde podría haberse marchado y su esposa era preguntada por todos y contestaba entre lagrimas, según lo hacia todas las mañanas, que había salido de casa con idea de pasear con su bote y no había vuelto a casa a la hora de comer y el bote continuaba en el puerto, en el mismo lugar de costumbre.
Los comentarios en el pueblo eran tremendos, los días pasaban, y aproximadamente un mes después, desaparecía también el otro peluquero.
Cosa singular que nadie podía explicarse. Pero, ¿qué ha pasado a los dos barberos del pueblo? Y dos o tres días mas tarde, el barbero que había desaparecido en primer lugar era visto en las calles.
Fue abordado por todos para preguntarle donde había estado, y el barbero solo caminaba lentamente, con el rostro muy pálido y delgado. Se le veía muy taciturno, y a todos cuantos le dirigían la palabra nada contestaba y se limitaba a volver la espalda. No se reunía ni con sus más íntimos amigos y, según decía su mujer, ni en casa hablaba ni se acostaba en la cama y pasaba la noche sentado en una silla.
Asistía diariamente a la iglesia y se confesaba, pero el sacerdote nada decía a las preguntas que le hacían y únicamente indicaba que "yo nada puedo decir". Cerro su establecimiento de peluquería para evitar visitas y preguntas. Pero en una de aquellas tardes se le vio caminando hacia el lugar que más tarde fue elegido para construir el famoso "maria-errota". Llevaba una azadita y, al llegar al lugar indicado y cerca de un cañaveral, mirando a un lado y a otro y con gran cuidado hizo un gran hoyo. Volvió a mirar si alguien le vigilaba y, apoyándose en el suelo, dirigió su mirada al interior del agujero y pronuncio palabras que no se pudieron oír. Repitió la frase o frases dos o tres veces más y luego, con gran cuidado, cubrió el hoyo con la tierra que acababa de extraer. Se levanto y se sonrió con verdadera alegría y lentamente, se dirigió hacia la villa. ¿Que es lo que el barbero dijo para salir ya sonriente y feliz?.
No se sabía ni lo supo nadie hasta pasadas dos o tres semanas. Unos muchachos que acudían a la escuela, en vez de asistir aquella tarde, hicieron "pando" y se dirigieron a los terrenos donde había estado el barbero, para cortar varias cañas y hacer silbos.
Cortadas las cañas se dirigieron hacia el pueblo, pero cosa rara, los silbos, en vez de producir el característico silbido, pronunciaban palabras bien claras que decían: "don Tímido tiene orejas de burro", "don Tímido tiene orejas de burro", llegando hasta las calles de la villa entonando el enigmático canto.
En Lekeitio, seguían soplando sus silbos los muchachos y, en cuanto lo oyó el enigmático personaje, fue a buscar al barbero y le increpó en forma terrible, agarrándole fuertemente: ¿Cómo has declarado que mis orejas son de burro?, ¿no sabes que te dije que en el caso de que hicieres tal declaración te daría muerte?, el pobre barbero no sabía como salir de aquel atolladero.
Le confesó que no le era posible vivir con aquella prohibición y se le ocurrió ir hasta los cañaverales de "maria-errota" , hacer un agujero y a continuación pronunciar la verdad de como eran las orejas de aquel cliente que le había ordenado cortar el pelo.
Los chicos escolares, al hacer los silbos con las cañas cercanas al agujero del barbero, los hicieron según costumbre, pero en vez de salir el silbido, salía la frase que el barbero había sepultado.
Pero esa fue la suerte para aquel personaje, a los pocos días, sus orejas, que ya llevaba al descubierto, fueron perdiendo la forma y se convertían en orejas normales. Y aquel enigmático y extraño personaje se convertió en lo que en realidad era, un muchacho guapo y digno de todo aprecio y de muy grande fortuna, y dio al barbero primero un gran premio y al segundo, que también lo tenia encerrado, lo libertó y gratificó espléndidamente.